1- Una vez más, parte de nuestro pueblo vive una situación desesperada como resultado de la depredación empresarial y de decisiones políticas que responden directamente a los intereses de las clases dominantes. Esta nefasta ecuación ha provocado una verdadera catástrofe social en Chiloé, que se ha presentado como un simple accidente natural llamado “Marea roja”, existiendo múltiples evidencias desatendidas por los gobiernos que apuntan a la responsabilidad de la industria salmonera, y a su irracional vertido de productos químicos al ecosistema marino. En otras palabras, vemos cómo el modelo extractivista desnuda crudamente este capitalismo salvaje que, en función de mantener niveles de rentabilidad favorables, sacrifica sin ningún miramiento el porvenir de la clase trabajadora y el pueblo en su conjunto, generando un drama humano que viene a profundizar la complicada situación en la que ya viven hace años las familias de pescadores artesanales a lo largo de todo Chile, desde que la Ley de Pesca -más conocida como ‘Ley Longueira’- el 2013 hiciera dueña de nuestros mares a 7 familias privilegiadas.

2- Hasta el momento, las propuestas hechas por el Ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, y el subsecretario de Pesca, Raúl Súnico, solo pueden entenderse como una burla, pretendiendo que algunas de las familias afectadas vivan con $300.000 pesos durante mayo, y $150.000 durante los tres meses siguientes. Ante esto, es justo preguntarse por qué hay platas para coimas en el Congreso para votar leyes a favor de las grandes industrias pesqueras, y por qué las Fuerzas Armadas pueden despilfarrar el dinero de la Ley Reservada del Cobre en caballos y juegos de azar, pero se menciona tajantemente que “No somos un Gobierno de billetera fácil” (como dijo Jorge Burgos, Ministro del Interior) cuando se trata de pensar en soluciones ante un desastre de esta magnitud. Los escándalos de corrupción que hemos conocido durante estos años demuestran claramente que el problema no es de recursos, sino de voluntad política.

3- A contraluz de esta tragedia que viven las y los hermanos de Chiloé, florece y se reafirma la vieja y acertada consigna de que sólo el pueblo ayuda al pueblo, encontrando desde nuestras propias fuerzas los senderos para una vida digna. Creemos firmemente en la necesidad y capacidad de su gente para proponer soluciones, construir espacios de debate y organización social, instancias de acción y construcción colectiva de alternativas políticas independientes del Estado, del gobierno, de los partidos del Bloque en el Poder y de las propuestas políticas oportunistas, sobre todo en un año de elecciones municipales.

4- Lo que empezó como una movilización de familias de pescadores artesanales, hoy en su séptimo día de protestas, mantiene bloqueadas las nueve carreteras principales de la isla grande, sumando a estudiantes, comunidades indígenas y trabajadoras/es, como un claro eco de lo que fueron los movimientos regionales multisectoriales de descontento de Magallanes el 2011 y Aysén el 2012. En ello, vemos con esperanza un camino a potenciar mediante la consolidación de las organizaciones vivas de nuestro pueblo.

5- Finalmente, queremos extender nuestra total solidaridad con la gente de la Región de Los Lagos en pie de lucha contra la amenaza de ver destruida su fuente de recursos por la ambición de unos pocos. Tenemos la convicción que nuestro pueblo cuenta con las capacidades y herramientas necesarias para ir construyendo alternativas propias de organización y poder territorial.

¡SÓLO EL PUEBLO AYUDA AL PUEBLO!
¡ARRIBA LAS Y LOS QUE LUCHAN!
SOLIDARIDAD – FEDERACIÓN COMUNISTA LIBERTARIA, CHILE.