Por Sofía Soto, militante de Acción Libertaria

Pese a que las tres causales no nos bastan para conseguir un aborto libre, seguro y gratuito para todas, esto no es motivo para validar los argumentos de los partidos de derecha que buscan a toda costa que el aborto siga siendo ilegal en todas sus formas.

La concejala UDI por Lo Barnechea, Paula Phillips, señaló que la ley que incluye las tres causales, en donde se permitiría el aborto en caso de malformación del feto, violación y riesgo de vida para la madre, establecería las bases para una posible legitimación del tráfico de órganos. En este sentido afirmó que detrás de la promoción de esta ley, hay organizaciones que lucrarán con los órganos de “los niños a quienes le arrebataron la posibilidad de nacer”. Además, la concejala agregó que la legalización del aborto llevaría a mujeres desesperadas a optar por él, y que esto no acabaría con su sufrimiento.

Parece un chiste que se hable de intereses implicados tras una ley. No hay que olvidar que las y los políticos se han destacado por crear leyes que los favorezcan y legitimen su poder, sobre todo cuando esto se vincula a cuestiones de índole económica. Esto ha sido evidente en la discusión en torno a la educación y en el obsceno aumento de sus sueldos; hechos que causaron mucha polémica cuando salieron a la luz.

Phillips, por cierto no sustenta sus tesis en ninguna información fidedigna; no cita informes, cifras, encuestas, investigaciones, ni ejemplos concretos en que en otros países en donde el aborto es legal haya sucedido lo que ella afirma sucederá en Chile. Por otra parte, se sigue refiriendo a todas las mujeres como “madres” y a los fetos en formación como “niños y niñas”, reproduciendo por consiguiente las mismas lógicas patriarcales donde el rol de la mujer es reducido a la reproducción de la especie, concepción que el patriarcado y el capitalismo han naturalizado para sustentarse y existir.

Quienes defienden la implementación de esta ley y del aborto como un derecho sin condición, no se aprovechan de la vulnerabilidad de una “pobre madre con miedo”, como afirma la concejala, sino que se hacen cargo de un asunto que es una realidad en nuestro país. Salir de su burbuja y mirar más allá de su nariz no le haría daño a Phillips. Y más aún, esta ley es sumamente insuficiente, ya que no abarcaría ni la mitad de los casos de abortos clandestinos que se producen anualmente en Chile.

La concejala olvida el trauma y el dolor que debe soportar una mujer violada, u otra que debe llevar contra su voluntad en su vientre durante 9 meses a un feto con malformaciones que morirá al nacer. Olvida también que ellos y ellas mismas son las que se opusieron a la repartición gratuita del Postinor 2, que actualmente sigue siendo muy difícil de conseguir; sí se modificará la política de su distribución, se podrían evitar muchos embarazos no deseados que siguen su curso, otros que terminan en abortos y lamentablemente algunos que culminan con la muerte de mujeres.

Todas las mujeres debemos ser capaces de vencer el miedo y luchar por la autonomía de nuestros cuerpos. Todas las mujeres debemos luchar por el derecho a elegir sí deseamos parir, o deseamos no parir. Todas las mujeres debemos mantener la sororidad activa y construir comunidades, tanto con el fin de acrecentar nuestra educación sexual y el autoconocimiento, evitando de esta manera embarazos no deseados, como para hacer frente con unidad a todas las leyes que reprimen la soberanía sobre nuestros cuerpos. No somos simples entes reproductores, somos mujeres y feministas que seguiremos luchando por un aborto libre, seguro y gratuito para todas.