por Equipo Solidaridad

El día 28 de agosto terminó la extensa huelga que los trabajadores de la construcción de la línea 3 de Metro, afiliados a los sindicatos SINTEC y SINTRASAR, llevaron adelante por casi 3 meses. Tras recibir un comunicado de la empresa Metro S.A. en la que se expresa que se les pagará lo adeudado a los trabajadores involucrados en la huelga. Los huelguistas hicieron entrega del Pique Cal y Canto, célebre por  la protesta de la camioneta colgada en la grúa por alrededor de dos meses, lo que se convirtió en un ícono de la huelga, como nos informa el delegado del SINTEC Francisco Leiva.

Comunicado de Metro. Foto fetracoma.cl

Las obras; Inglaterra, Hospitales, Olivos, Lastra y Cal y Canto, se encontraban paralizadas desde el 15 de junio. A los huelguistas en el camino se les sumó la familia, estudiantes, agrupaciones de trabajadores/as y otras agrupaciones sociales. Durante la toma hubo distintos momentos, eventos culturales, la huelga de hambre que dos trabajadores llevaron a cabo durante 13 días, siendo los 3 últimos de huelga seca, el campamento fuera de las obras, trabajadores sin sueldo, obreros que tuvieron que hacer del pique tomado su hogar durante el tiempo que duró la movilización, marchas, entre ellas la que se realizó en repudio al asesinato de  Nelson Quichillao, el minero muerto por la policía en el norte del país, donde lamentablemente el dirigente de SINTRASAR, Sebastián Carvajal,  fue agredido por fuerzas especiales de carabineros, resultando con una de sus rodillas fracturada.

Según una nota de prensa de METRO. S.A, las obras se reanudarían prontamente, tras la cancelación del contrato a las empresas del consorcio CCL3, siendo estas entregadas a otras empresas las cuales no especifica.  Por su parte los trabajadores sacan sus conclusiones; “Está bueno ya, que éstas empresas transnacionales, vengan acá y hagan lo que quieran”, “Existe una colusión, entre los actores involucrados en la huelga. No puede ser que un conflicto dure casi tres meses en el centro de la ciudad, donde no se pronuncie la empresa, y los medios masivos de información no comuniquen lo que sucede.” concluye Leiva.