Por Nahuel Valenzuela

Hace exactamente 3 años, un 25 de julio, se llevó a cabo una multitudinaria marcha exigiendo el derecho al aborto (demanda histórica del movimiento feminista) la cual después de recorrer la principal arteria capitalina, culminó con la toma de la Catedral de Santiago. Desde ese hito, la Coordinadora Feministas en Lucha, espacio que agrupa a diferentes colectivos, organizaciones e individualidades, ha asumido el desafío de convocar a este día de lucha por un aborto libre, seguro y gratuito. El aborto es una realidad incuestionable en Chile; se estima que se realizan más de 200.000 abortos clandestinos cada año, poniendo en riesgo la vida de miles de mujeres, sobre todo, de aquellas provenientes de sectores populares. Realidad que no se soluciona en nada con el actual proyecto de ley que se encuentra en discusión, que sólo permite la interrupción del embarazo por tres causales muy limitadas (en casos de violación, peligro de vida de la madre, e inviabilidad del feto), lo que demuestra que en Chile existen vigentes una legislación e institucionalidad retrógradas construidas para reprimir el derecho a la soberanía de los cuerpos de las mujeres.

En la palabras de la Coordinadora Feministas en Lucha; “nos movilizamos y salimos a las calles para visibilizar y denunciar el estado de sujeción bajo el cual vivimos las mujeres y la colonización de nuestros cuerpos, por el solo hecho de ser reproductoras biológicas de la especie humana”. Las convocantes, además explican el contenido de la consigna aborto libre, seguro y gratuito, de la siguiente manera; “se define libre, porque interrumpir un embarazo puede ser sólo fruto de la decisión de una mujer que se encuentre en tal caso, sin causales que la coarten; lo demandamos seguro, porque tal decisión, libremente tomada, debe poder realizarse en condiciones de salubridad y cuidado, ya sea bajo la asistencia de profesionales de la salud, o en compañía de círculos y redes de apoyo, como en la práctica ocurre en la mayoría de los casos en que las mujeres se practican abortos con misoprostol; lo llamamos gratuito, porque entendemos que el primer territorio de autonomía es el cuerpo y, por ende, interrumpir un embarazo es un derecho esencial que le pertenece a las mujeres como sujetos de ciudadanía, y como todo derecho esencial, debiera estar garantizada su gratuidad”.

A la convocatoria asistieron unas 2000 personas, que luego de marchar por la Alameda en dirección al oriente, se congregaron en torno a un escenario emplazado en el Parque Balmaceda, lugar en donde se cerró la jornada con un acto cultural y una feria feminista.