Por Nahuel Valenzuela

Desde las 10:00 de la mañana comenzó en el local de la CUT (Central Unitaria de Trabajadores) la crucial Asamblea Nacional del Colegio de Profesores que definiría la persistencia del paro del gremio que ya se encuentra en su cuarta semana.

Unos mil docentes se congregaron a las afueras de la sede exigiendo la continuidad del paro indefinido y el retiro del proyecto de “carrera docente”. Muchos profesores y profesoras se tomaron la Alameda en varias ocasiones bloqueando el tráfico, hasta que fueron brutalmente reprimidos y desalojados por las fuerzas especiales de carabineros, resultando algunos de ellos detenidos.

Al interior de la Asamblea unos 170 dirigentes de los comunales del Colegio de Profesores se encontraban divididos respecto a los pasos a seguir. El sector “oficialista” de la organización, vinculado a Sergio Gajardo, al PC, y a los partidos de la Nueva Mayoría, intentó por todos los medios posibles bajar el paro, retornar a clases, aceptar la propuesta y la serie de indicaciones hechas por el Congreso, para conformar así una mesa de negociación tripartita entre el Colegio de Profesores, el MINEDUC y la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados. Mientras tanto, la “disidencia” interna del Colegio de Profesores, los comunales que se encuentran organizados por la base y que han gestionado la movilización de manera directa y democrática, y otras organizaciones que están agrupadas por fuera del Colegio de Profesores, principalmente sindicatos (los que no tienen posibilidad de votar en la Asamblea), se mantuvieron firmes en que el paro sigue hasta que el proyecto sea tirado a la basura y se construya una carrera docente con la participación del profesorado y la comunidad educativa.

Finalmente, cerca de las 19:00 horas fue aprobada la prolongación del paro de carácter indefinido por 131 votos a favor, 41 en contra y 5 abstenciones. Los sectores más combativos de las y los docentes saben que los avances que se han logrado hasta el momento son producto directo de su lucha, pero, aunque importantes, resultan insuficientes, ya que la ley sigue teniendo como eje la competencia laboral y el paradigma mercantil: y en esto no van a ceder. Muchas y muchos ya han comprendido que la defensa de la educación pública implica necesariamente la lucha en contra de la educación de mercado en su conjunto.