En el último tiempo -sobre todo después de las luchas sociales del 2011-, las organizaciones feministas se han multiplicado con mucha fuerza en los espacios estudiantiles y barriales, debido, a que el machismo y el sexismo siguen muy enquistados en los discursos, la cultura y la vida cotidiana. Un ejemplo más del resurgir del movimiento feminista organizado en Chile, que ha puesto  sobre la mesa la discusión en torno al aborto y la necesidad de construir una educación no sexista y antipatriarcal.

Acción Violeta es una organización feminista que nació en el sur de Chile. Aún no cumplen un año de existencia formal, pero han desarrollado un intenso trabajo, comprendiendo que la lucha anti-patriarcal debe darse en todos los frentes. Convencides de la necesidad de una organización específicamente feminista y disidente sexual, y  ante las falencias que hasta el momento todas las organizaciones, y en particular las libertarias, tenían al momento de llamarse anti-patriarcales, Acción Violeta se dio a la tarea de visibilizar las prácticas extremadamente machistas que se daban al interior de la izquierda, así como también la necesidad de realizar el análisis y diseño de una política específica para aquellas reivindicaciones que se han levantado desde el movimiento feminista.

¿Qué las llevó a constituir una organización específicamente feminista? ¿Qué entiende Acción Violeta por feminismo?

Acción Violeta es una organización de personas, más allá de nuestro sexo/género, que reconocemos la necesidad de organizarnos en contra del patriarcado, desde el feminismo y la disidencia sexual. Entendemos el feminismo como la lucha que se ha dado históricamente por la emancipación de la mujer, lo concebimos como una herramienta liberadora y no como un paralelo al machismo, que por el contrario, implica opresión de un sexo sobre el otro.

¿Para Acción Violeta qué significan las clases sociales en relación al feminismo?

Nos declaramos contra cualquier sistema de opresión, por eso es que nos llamamos libertaries, y por lo tanto, luchamos tanto contra el patriarcado como contra el capitalismo. Esto implica reconocernos desde una perspectiva de clase, lo que significa que si bien el patriarcado oprime a todo aquello que no es masculino, que no es viril, también existe una diferenciación de clase en cómo experimentamos esta opresión patriarcal, que se manifiesta por ejemplo en que sólo las pobres son las que podríamos ir a la cárcel por abortar o someternos a procedimientos inseguros que implican poner en riesgo nuestras vidas.

¿A qué se refieren con disidencia sexual?

Por disidencia sexual se ha entendido, en los últimos años, un concepto más bien reaccionario al llamado movimiento por la diversidad sexual que han levantado organizaciones como el MOVILH, MUMS o Iguales. Dichas organizaciones tienden a despolitizar las demandas de lesbianas, homosexuales, bisexuales y trans., hablando de inclusión sin crítica al sistema opresor por excelencia de todes quienes no somos heterosexuales, que son el patriarcado y el capitalismo. Promueven una aceptación que más sirve para poder ir con la pareja gay al Starbucks del mall de moda sin que nadie les mire feo, pero no un cese real de la discriminación. Nos llamamos disidentes no sólo por que nos gusten personas del mismo sexo, ni porque seamos trans, sino porque también desde la heterosexualidad se da la disidencia, cuando no se cumple el rol clásico de macho cortejante y mujer sumisa y receptora. La disidencia sexual, según el análisis que hemos hecho, es toda identidad, orientación o práctica que cuestione los límites y roles que nos ha puesto el patriarcado para vivir nuestra sexualidad. Esto es bien interesante, ya que es un término bastante local y novedoso frente a las teorías clásicas feministas o queer incluso.

¿Las organizaciones feministas tienen algún espacio de debate, discusión o coordinación común en la VIII Región? ¿Con qué otras organizaciones se vinculan o han realizado cierto tipo de actividades en conjunto?

Dentro de Concepción se ha dado una coordinación con otras organizaciones feministas como Pan y Rosas, OFL y el Comité por los Derechos Sexuales y Reproductivos, principalmente en términos de actividades para conmemoraciones específicas. El debate en nuestra zona, así como la movilización, es mucho más lento que en la capital y hay que entender y adaptarse a esa realidad que muchas veces no es como quisiéramos. A nivel nacional hemos tenido coordinación con La Alzada, con quienes tenemos una relación estrecha desde nuestra fundación y nos han apoyado en varias instancias, y con Pan y Rosas, con quienes si bien tenemos nuestras diferencias en términos políticos, hemos levantado actividades en conjunto y actualmente estamos convocando a conformar la Secretaría de Géneros y Disidencia Sexual en la UBB. También con ambas organizaciones es con quienes más hemos trabajado para levantar el Congreso Nacional por la Educación No Sexista.

¿Cómo han desarrollado su inserción con las bases estudiantiles de la Universidad de Concepción?

Se está desarrollando un importante trabajo a través de la VOGESEX (Vocalía de Género y Sexualidad), organismo de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción. Se elige a través de elecciones, igual que el resto de la federación, aunque de forma independiente a la mesa y al resto de las vocalías. Como se creó a fines del año pasado, esta es la primera VOGESEX y ha sido todo un desafío para nuestra organización, como participantes del ampliado que da vida a ese espacio donde también hay compañeres independientes.

En este sentido, la Vocalía también ha desarrollado un interesante proyecto para levantar el “1er Congreso por la Educación no Sexista” ¿De qué se trata?

Es un ambicioso proyecto que estamos impulsando a nivel nacional con compañeres de secretarías  de géneros y sexualidades del Norte, de Santiago y ahora último también de Valparaíso. El objetivo es poder generar un insumo, un documento síntesis fruto de la discusión en distintas partes de Chile, sobre el proyecto educativo no sexista que queremos construir, y poder entregárselo al Confech, desde donde de alguna forma se ha patrocinado el congreso. Partimos desde el diagnóstico de que es un tema del que nadie se hace cargo, que es una carencia del movimiento estudiantil, y que por tanto como estudiantes y feministas a la vez es nuestro deber hacer algo al respecto.

¿Qué acciones van a desarrollar para levantar el congreso?

El primer encuentro, que será de carácter nacional, será aquí en Concepción con la VOGESEX de anfitriona, los días 12, 13 y 14 de septiembre. Discutiremos en torno a ejes: la educación sexista, feminismo y movimiento estudiantil, la disidencia sexual en la educación, la educación sexual y los derechos sexuales y reproductivos, y finalmente género y trabajo. Luego se harán dos encuentros más en Antofagasta y Valparaíso, de carácter zonal, y finalizaremos la discusión haciendo síntesis en un encuentro final en Santiago a principios de octubre. Pueden encontrar más información en la fanpage de la Vocalía, en facebook.com/vogesex

Para Acción Violeta la lucha por el feminismo es una tarea de largo aliento ¿Cuáles son sus proyecciones al corto y mediano plazo?

Sabemos que la lucha anti-patriarcal es una de las más atrasadas en cuanto a niveles de conciencia dentro de los movimientos sociales. Todavía tenemos muchos compañeros de izquierda que practican y viven el machismo, compañeras incluso, o que están en contra del aborto, o que se ríen del feminismo y nos ridiculizan. Aún más en las poblaciones y sindicatos, donde el machismo está sumamente arraigado. Por esto todo nuestro actuar está pensado en generar conciencia sobre las implicancias del patriarcado, a nivel político, económico, social y cultural. A nivel estudiantil, que es lo que más hemos podido desarrollar, es lo que pretendemos con el Congreso Nacional por la Educación No Sexista y en ello radica su importancia, en la necesidad que existe de entender el cómo se reproduce el patriarcado desde la educación, tanto en la escuela como en las familias, iglesia y en los medios de comunicación, para así encontrar colectivamente las respuestas sobre cómo batallar este sistema educativo que nos asigna roles y nos oprime desde la cuna misma.

[Publicado en la edición n°25 de Solidaridad]

por Nahuel Valenzuela